En este club no “estudiamos” arte como una recopilación de información y reconocimiento de estilos pictóricos, sino que nos encontramos con él con familiaridad, con curiosidad, confianza y asombro. Queremos que las obras y los artistas sean parte del paisaje interior de los niños, que no resulten ajenos ni lejanos, sino cercanos y significativos.
Acompañados de sus padres, los niños se sumergirán en una experiencia viva de contemplación, diálogo y expresión artística. Inspirados en el enfoque de Charlotte Mason, nos acercaremos a las obras no para analizarlas fríamente, sino para mirarlas de verdad: con atención reverente, con sensibilidad, con libertad.
Entendiendo que el arte no es un adorno pasivo, sino un escenario activo, un lenguaje que conecta al niño con lo que le rodea y consigo mismo. Este club es una invitación a crear lazos con artistas, estilos y emociones, y a dejar que el arte sea una presencia confiable en la vida cotidiana.
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